September 28, 2015
Lo siguiente, es el discurso que pronuncio Cristóbal Miguel García Jaimes, al recibir la más alta condecoración del Estado de Guerrero a mexicanos o extranjeros que cumplan con los ideales de Los Sentimientos de la Nación.
Personalidades como Elena Poniatowska, Plácido Domingo, Evo Morales o Juan Ramón de la Fuente la han recibido.
Es la primera vez que un joven es nominado, y la historia se hace; pues logro merecerla. En la terna de nominados lo acompañó el Primer Astronauta Mexicano, Rodolfo Neri Vela y una corredora de Chilpancingo. Y al ser galardonado a esta edad, a sus 19 años, se hace historia pero sobretodo se REPONEN LAS OPORTUNIDADES PARA LOS JÓVENES.
Honorable Congreso del Estado de Guerrero.
Distinguidos invitados y familia,
Permítanme disfrutar y grabar este momento en mi memoria, con todos Uds. generosos y respetados amigos.
Este será uno de los momentos más memorables de mi vida.
Me dirijo a ustedes con absoluto respeto y solemnidad, pero no por ello sin la cordialidad e inmenso agradecimiento al haberme concedido la Presea “Sentimientos de la Nación”,
Es por ello que si ustedes me lo permiten, de manera suscita entrelazaré muy brevemente en esta oportunidad, unas cuantas reflexiones y conclusiones, en el entendido que miren, tengo solo 19 años, y a los 19, en realidad es poco lo que les puedo platicar.
El tema que mejor conozco es el de mi propia vida y lo que he sentido, fuera de lo cual no hay mucho más que decir.
Por lo que les ruego me permitan compartírselos, sin ver en ello un baño egocéntrico, sino meramente un esfuerzo por presentarme y ponerme a sus ordenes, exponiendo un poquito sobre este servidor, al que ustedes estimaron propio para ser el recipiendario de la maravillosa presea.
Yo nací en San Miguel Totolapan, y al igual que muchos paisanos, la vida ha sido hermosa pero no fácil.
Estudié mi primaria y secundaria en escuelas públicas de mi pueblo. Viví algunos problemitas familiares que no viene al caso mencionar, pero salimos adelante mis dos hermanos menores (Angeles Sorami, Brian Ramiro) y yo, esforzándonos codo a codo con mi madre Sofía Jaimes.
Trabajé eventualmente de chamaquito como auxiliar de albañil, agricultor, vendedor de pan callejero, al tiempo que hacía mi primaria y secundaria, siempre empujado por el recio carácter de mi madre, quien no me dejaba desfallecer, y quien con besitos o coscorrones, me hacia desachicopalar y sacar el pecho adelante.
Parece ser que la vida reparte dones a cada quien para salir adelante, y a unos les da fuerza, a otros belleza, o inteligencia, o astucia, etc. a mi me tocó aliento.
Y con ese aliento le eché ganas y participé en varios concursos escolares durante la secundaria, pero más que nada por la necesidad de tratar de obtener los premios, en general tabletas, y poderlos vender para comprarle medicinas a mi jefecita. Y así pues gané en el concurso de todas las materias 3 veces a nivel zona, 2 a nivel región, 2 a nivel estado y tal cotizado título Campeón de Campeones.
Por consejo de un maestro me fui a estudiar la prepa al D.F. y allá, al igual que aquí, encontré gente generosa y otra que, sin haberles hecho nada te quieren meter el pie.
Llegue al D.F, la capirucha como decimos en el pueblo a los 15 años. Viví donde pude. Tengo memoria de muchos episodios muy gratos y otros que no lo fueron, por ser humanamente miserables.
En la prepa no faltó quienes al verme de escasos recursos y proveniente de un pueblo con orgullosa composición indígena, me llamaron Tizóc, o indio pata rajada, creyendo que yo me avergonzaría de mis orígenes.
Lo que no sabían era que mi ama me había templado para crecerme al castigo, en vez de hacerme chiquito o llorar.
¡Que va! Lejos de eso me crecí. Ciertamente no la pase fácil. Las dificultades económicas se cernían en todo momento sobre un servidor.
Y era del cocol por ejemplo, cuando se tiene un agujerote de verdadera hambre en el estomago, tener que optar entre gastar los poquitos pesos para una torta que alcance para todo el día para o en su lugar, engargolar un trabajo que hay que presentarle al maestro de la tarde.
O entre aplicar los cinco pesos para pagar la pesera e ir a la escuela en un trayecto de más de dos horas, por lo lejos del cuarto donde vivía, o en su lugar, fotocopiar el capítulo de un libro que ni de lejos yo podría comprar.
En segundo año de preparatoria entré a un programa universitario llamado Jóvenes hacia la investigación, en el cual mediante el desarrollo de un proyecto durante el ciclo escolar se escogían a los mejores para una estancia de verano de 4 semanas.
El Dr. Efraín Chávez Lomelí del Instituto de Física me hizo favor de distinguirme con su atención, y, transcurridas las cuatro semanas, me permitió seguir acudiendo. La cosa se mejoró. Tenía acceso a equipos sofisticados que me permitían desarrollar algunas ideas y ya por fin podía comer con regularidad porque los maestros me disparaban el refrigerio y comía mas de una vez al día.
Y ahí, entre muchas otras nubes mentales, se me ocurrió hacer un acelerador de partículas.
Así como hay quienes juegan fútbol en canchas verdes y bien recortadas; otros lo hacemos, como en mi pueblo, en canchas llaneras de polvo pero igual nos divertimos; así pues pensé que sería mi acelerador de partículas, “un acelerador llanero”; y no por otra cosa sino porque no había centavos con que hacer más.
Me puse entonces a aprovechar cuanto material podía, y me hice de mangueras, tubos de PVC, aluminio, cables y lo aderecé de ingenio.
En mi salón me creían loco, porque salía de un salón para entrar a otro llevando en una caja de cartón todo lo anterior. Me decían el loco del pasillo.
Bueno, pues ese pequeño artefacto, el acelerador de partículas más barato del mundo, me abrió muchas puertas.
Y por ello gané un premio nacional de la UNAM, y a la par gane otro muy grande que me dio la vida, que fue “el revelarme infinidad de cosas bonitas”.
En la premiación de la UNAM conocí a una jovencita de mi edad, eso fue hace poco más de un año, teníamos 18 años, a punto de cumplir los 19.
Ella estaba interesada en la cultura, y yo en la ciencia; ella mujercita y yo hombre; ella felizmente con familia y recursos, y yo lejos de los míos y con problemitas en el bolsillo; ella con muchos viajes en su haber y yo lo mas lejos que había llegado era a la capital. Ni Acapulco conocía. Proveníamos de mundos opuestos.
Pues la primera gran recompensa de la vida fue mostrarme como esas diferencias lejos de distanciarnos nos acercaron, porque nos identificaba un propósito común.
Y vi como una buena causa puede unir a los opuestos.
Nuestro propósito era sacar adelante jóvenes con ganas de superarse.
Y así ella, mi hoy hermana Natalia Teliz, me secundó para constituir entre ambos una asociación civil con tal finalidad, divulgando la ciencia y la cultura como medio de ampliar el repertorio de oportunidades a los jóvenes y alejarlos de malos pasos.
Además de que considero, de que por cada joven que continúa estudiando es doble ganancia para el país, un soldado menos para el narcotráfico y la violencia y es uno más para el buen desarrollo de la nación.
La UNAM nos invitó a participar en ferias donde solo montaban carpas las facultades e institutos, y ahora, también nosotros.
Convocamos a varios jóvenes que se nos unieron muy entusiastas.
Igualmente nos propusimos detectar personas talentosas y ya hemos detectado a más de una a quienes les estamos buscando la forma de apoyarlos.
Hemos reunido varios libros y equipos viejos de computación pero aún funcionando, para enseñarle a niños cómo programar. Ese material lo quiero entregar en mi pueblo pero no hemos encontrado manera de llevarlos.
La idea es auxiliar en algo a mi San Miguel querido y encontrar a muchachos en los diversos municipios que quieran trabajar por su lugar de origen.
¿Qué tal si el próximo genio de la computación está en la Sierra?
Vine a conocer de primera mano y a palpar la textura de la generosidad, de la que ya había tenido atisbos en mi pueblo, donde también encontré en primaria y secundaria algunos maravillosos maestros dignos de todo ejemplo.
En el D.F. encontré diversas personas que me tendieron la mano. Por ejemplo mi maestro de física en la UNAM, don Efraín Chávez, sin cuya simpatía hubiera sido muy difícil lograr hacer los trabajos que he hecho.
O señaladamente mis padrinos citadinos, mi papá Moisés y mamá Amelia, como yo les digo. Dos personas que sin miedo a errar, digo, que con otros cuantos como ellos este mundo seria otro.
Por separado me han apoyado, siendo generosos en todos los sentidos con un servidor, prodigándome recursos, tiempo, consejos, experiencia, afecto.
Mis papas citadinos y otro padrino mas que ellos me presentaron, cada uno por su lado han sido combustible para mí y sin su apoyo no hubiera podido avanzar,
ayudándome desde antes que yo ganara cualquier premio.
Ayudándome cuando yo era mucho más tímido e inseguro y hasta miedo tenía de subirme al metro sin vislumbrarse nada en mi futuro, auxiliando a un joven amolado, anónimo y solo, porque sostienen que aquellos que tienen oportunidades deben tenderle la mano a quienes no las tienen. Son ejemplos de vida.
Pero lo mas formidable es que jamás, ni antes, ni ahora, ni después como estoy seguro será, me han pedido nada a cambio como no sea lo que textualmente han señalado desde un inicio, y que no es otra cosa que yo ayude a otros cuando este en mis manos hacerlo.
Mi otro padrino, Don Alejandro, cuyo apellido me reservo porque es un hombre muy discreto y modesto, me ha proporcionado vivienda, mobiliario, etc. Inmensamente generoso.
Y cuando le he preguntado por qué me ayuda, me responde que es porque tiene fe en que la juventud mexicana del futuro sea transparente y sea apoyada, recordándome que si un día yo tengo manera de contribuir a ello, así lo haga. Se lo he prometido.
Con el ejemplo de ellos se me ha agrandado el corazón y he encontrado y visto de cerca la otra cara de una moneda, de la que yo conocía prácticamente el lado desagradable.
De ahí se vinieron en cascada una serie de acontecimientos que en poco más de un años me han tenido inmerso en alegre torbellino de emociones y oportunidades.
Figúrense que tuve el honor de haber sido galardonado con el Premio Nacional de la Juventud 2014, que me entregó el señor Presidente de la República, premio que me abrió la puerta para colaborar con unos breves textos científicos en un periódico de circulación nacional, y a raíz de eso, el club de periodistas de México igualmente me obsequió el Premio Nacional de Periodismo Universitario 2015.
Estando en primer semestre de la carrera, hace ocho meses, fui invitado al Congreso Nacional de Física celebrado en Mazatlán, Sinaloa, donde participé como el conferencista más joven en sus mas 50 años de celebrarse año tras año;
me han hecho favor de entrevistarme repetidamente en muchos periódicos nacionales.
La revista proceso me exhibió y entonces se internacionalizó la oportunidad y me entrevistaron de la agencia EFE, Xinhua de China, Reuters de Reino Unido.
La embajada americana me invitó a la reapertura de su reconocida biblioteca Benjamín Franklin, me han invitado a varios programas de televisión, etc. El señor rector de la UNAM me ha invitado a desayunar y a comer.
Después el centro de investigaciones nucleares CERN, con sede en la frontera de Suiza y Francia, me invitó y por ello el pasado verano (junio y julio) lo pasé en Ginebra dentro de las instalaciones de ese fantástico proyecto, que son las mas grandes realizadas por el ser humano para fines científicos. Pude conocer Italia y Francia.
Hace unos días amablemente me distinguieron con el Premio Wstatal de la Juventud aquí en Guerrero, y días antes me entregaron las llaves de la ciudad en Teloloapan además de nombrarme Huésped Distinguido como antes en mi pueblo, nominaron una calle con mi nombre.
Todo esto, lejos de hacerme perder el piso y marearme, me plantan más en la tierra y me convencen que lo mío es trabajar en conjunto y el éxito es de grupo.
Soy estudiante. Apenas entré al tercer semestre de física. Mi carrera es difícil y absorbe mucho tiempo. Hoy por hoy esa es mi responsabilidad, sacar mis estudios adelante. Tengo tareas, exámenes, trabajos. Así que lo que he narrado anteriormente en realidad lo he venido realizando en los tiempos fuera de la escuela. Me faltan horas en el día para poder ayudar.
Me han invitado de diversos grupos y partidos políticos. Yo no sé moverme en la arena política. He declinado varias invitaciones. Y he declarado que no tengo ninguna filiación política porque estoy en la ciencia que no me deja tiempo para cosas tan importantes como la política.
Convenidamente he dicho que yo no soy ni de izquierda ni de derecha, sino yo soy de los de abajo para arriba, pugnando por la superación de todos los que se pueda.
Todos mis pequeños logros se los debo a mi esfuerzo sumado al de muchos más.
Tengo muy clara la fórmula para salir adelante, y consta de tres pasos; que son cooperar; cooperar y seguir cooperando.
Sin celos ni intereses ocultos, sino por el gozo de servir y salir todos adelante.
Estoy seguro en mi fuero interno, que el reconocimiento que muy generosamente hoy me entregan es en realidad un reconocimiento a muchos, de quienes yo soy nada mas la parte visible.
Y si con este premio, ustedes buscaron reconocer la buena fe, la atinaron porque yo la tengo.
Si con este premio buscan alentar el desacomplejamiento, le atinaron porque yo me sacudí los complejos y lucho por abrirme paso limpiamente.
Si con este premio se busca reconocer el esfuerzo del orgullo indígena, han atinado, porque a mi no falto quien me discriminara, y no me amilane.
Si con este premio buscan motivar a la juventud, le acertaron porque yo como joven no quiero sino entregarme a sacar adelante a otros jóvenes, es decir a mis hermanos paisanos.
Con esta Presea me llenan de júbilo y siento que se está alentando a los pobres, a los indígenas, a los estudiantes, a los de horizontes estrechos, a la gente honrada, a la gente de campo, a los vendedores ambulantes, a los niños que tienen que trabajar para completar sus tortillas, y a muchos mas, cuya pobreza económica la vida les compensa con riqueza anímica, en esa ecuación que yo he visto existe.
Este premio es una fiesta de aliento al alma, que estalla colorido y cuyas esquirlas se impactan con beneplácito en muchas personas que me han auxiliado. Que de empezar a mencionarlas, créanme, no acabamos hoy. Son muchísimas, como tantas son las estrellas que pueden ver nuestros ojos.
Me he esforzado por cavar cauces que confluyan a mi pequeña tierra para ayudarla. Todas, modestas victorias acordes a mis alcances, pero gigantes en cuanto a su fe y buena intención.
Hay muchísimo capital humano en mi estado.
Humildemente, aquí me permito someter de la manera más respetuosa ante ustedes, la idea que hemos trabajado Natalia y yo, relativa a la viabilidad de aprobar una ley tendiente a detectar y apoyar a jóvenes particularmente dotados de creatividad, genios pues, dispersos en la sierra, en la Costa y en los valles de mi Guerrero querido.
Me acuerdo del caso de una muchachita de 12 años que, sin necesidad de calculadora, mentalmente podía realizar multiplicaciones de ocho dígitos por ocho dígitos, y en unos segundos daba con el resultado correcto haciendo la operación en su cabeza sin ayuda de nada.
Bien, pues a esa muchachita la corrieron de la escuela como bicho raro.
Justo Aaora tengo un amigo, que está elaborando biodiésel a partir de maleza y con una tecnología propia, un genio, quien en este momento batalla lastimosamente porque le quitaron su beca oficial de 400 pesos mensuales.
Si, 400 pesos mensuales, que para un joven cuando no se tiene dinero, son el fiel en la balanza para brindar o no tranquilidad.
Y todo por un capricho burocrático que se los arrebató.
No existe un ordenamiento como el que mencionó con la intención antedicha. Ni en México ni en el mundo. Un ordenamiento que organice la búsqueda y apoyo a muchachos con potencial intelectual perdidos en el anonimato y sin apoyo.
Chilpancingo podría ser pionero en la materia.
Guerrero podría con esta ley, detectar la generación promesa, aquella que en unos años nos catapulte hasta la cima.
Al redactar el presente mensaje, pensé abrirlo diciendo "hoy les pido permiso para hablar de magia", pero me pareció muy alocado para ser mis primeras palabras.
Sin embargo, ahorita, si ustedes me lo permiten, pido permiso para hablar de magia. De la magia que resulta de alcanzar resultados fenomenales con pocos recursos pero gracias al exceso de ganas y talento.
Chilpancingo tiene magia. Tiene la magia proveniente de su propia etimología náhuatl: lugar de avispas o pequeño avispero.
Su magia radica en sus zumbidos. El zumbido generado por ese avispero que aunque pequeño, zumba sonoro y con amplias ondas expansivas a lo largo y ancho del país. Zumbido constructivo.
Zumbido constructivo como el generado hace poco mas de 200 años, cuando en 1813 aquí en Chilpancingo, justo en este mismísimo lugar, en vez de nosotros, ocupaban el lugar los integrantes congregados en el célebre Congreso Constituyente que le dio al país, recién independizado y alejado de la bota española, una constitución para organizarse. Vaya manera de zumbar.
Esa asamblea, convocada por el genial caudillo José María Morelos y Pavón, conocida también como el Congreso de Anáhuac que le dio luz y rumbo a la patria por ser fuente de inspiración para posteriores constituciones.
Y hace justo 202 años, aquí, el Generalísimo Mórelos, al instalar ese primer parlamento constituyente, pronunció su discurso inaugural conocido como los Sentimientos de la Nación.
Expuso en 23 puntos el sentir de la nación recién independizada. Y de modo personal, les comparto el que más me gusta y dice “los hombres son iguales unos con otros, con la única diferencia derivada de sus virtudes y vicios”
¿Ahora, cual es nuestro sentir?
En mi estado sobra el talento, pero faltan escenarios; ferias científicas, bienales de pintura, concursos musicales, programas de coros, talleres literarios, etc. Necesitamos aparadores y patrocinadores.
En Guerrero hay guerreros. Se Producen guerreros.
Pero guerreros en pie de lucha para buenas causas.
La vida no seria tal sino tuviera de todo. Y naturalmente hay desencuentros. Desencuentros que han originado violencia. Ayotzinapa es uno de ellos. Tema ultrasensible.
Marcó un antes y un después en términos de espacio y tiempo.
En espacio conformó una nueva geografía de atención. En tiempo resultó un acelerador de cambios.
Para mí, y creo que para muchos, Ayotzinapa es una nueva palabra en el diccionario, una palabra multívoca, sinónima de "me duele", "no me engañes", "basta".
Es una palabra que, no obstante su indescriptible dolor y pena, destella un filo de oportunidad: el de corregir y recuperar la confianza del pueblo.
Al menos así lo quiero ver yo, siendo este un tema de sumo interés para mí y cuyo pesar me bulle en las entrañas, pero no es este el momento ni el lugar para abordarlo.
Ahora es en cambio una ocasión de doble reconocimiento; no solo el de este generoso Congreso hacia un servidor o de la anterior Legislatura a la cual le agradezco con todo mi afecto y cariño, sino del sincero reconocimiento de un servidor hacia todos ustedes.
Un servidor que reconoce en ustedes el gesto de generosidad y aliento.
Que reconoce su fraternal disposición, y que reconoce lo bueno que ha sido la vida para conmigo de muchas formas, como son abriéndome oportunidades, conservándome a mi mamacita, enferma, obsequiándome protectores padres y padrinos citadinos, permitiéndome crear el acelerador de partículas más barato del mundo y participar en diversos foros, recibir los premios nacionales mencionados, ser honrado con algunas generosas distinciones, viajar, etc.
Todo esto en los últimos de dos años.
Por último, la belleza del recinto religioso donde nos encontramos me despierta una reflexión etimológica-religiosa.
In-Teo-Soma. "In" dentro, "Teo" Dios, "Soma" cuerpo.
Con Dios dentro del cuerpo. “Entusiasmo”.
Así me siento yo, entusiasmado. Siento gran vitalidad y contento por estudiar, por servir y ayudar a sacar adelante a los más que se pueda.
Y hago votos por que cada uno de ustedes mantenga su propio entusiasmo.
Esa es la breve semblanza y algo del credo de este su servidor.
Dentro de seis meses cumpliré veinte años. Si la vida me tiene dentro de sus estadísticas, entonces todavía me quedan algunos años para trabajar, desarrollar ideas y hacer varias cosas.
Y pueden estar seguros que lo haré siempre teniendo en mente a la gente como ustedes que estimula, y lo haré con mucho cariño; y si algún día puedo ayudarlos a ustedes, a su gente, a mi pueblo, saben que cuentan conmigo.
¡Por Guerrero, con Guerrero y para Guerrero! Todo mi esfuerzo es para ustedes.
¡¡Viva el pueblo que los eligió!!
Así de simple.
Muchísimas gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario